martes, 9 de junio de 2009

Els ossos de Descartes

Descartes, ya lo saben ustedes, es un asiduo de este café. Nos ha hablado de la sabiduría de los monos, de su hija Francine, de cuando perdió la cabeza, de Monsieur Grat, su perro, de su desgraciada estancia en Suecia... pero hoy traigo a un erudito que nos quiere hablar de él, a Russell Shorto:

Podría decir, para convenceros de las cualidades de este libro, que según The New York Times es el mejor del año, pero yo tengo un argumento mucho mejor: lo han editado mis amigos de La Campana y, os lo puedo asegurar, conozco bien su caligráfico olfato de perdigueros.

9 comentarios:

  1. Buena lección de caza, y mejor consejo.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Algú pot donar-me alguna referència de Luciano Canfora? Té un llibre titolat "Una profesión peligrosa, la vida cotidiana de los filósofos griegos", on, entre altres coses, dóna una versió, en principi estrafolària de la mort de Descartes i la història del crani, que contradiu la versió oficial de la pulmonia (el santoral vaja...). Un jesuita anomenat Viogué l'hauria fet enverinar per evitar la mala influència de Descartes sobre Cristina. Ho fonamenta en l'epitafi i en una carta secreta codificada descoberta l'any 1980 dirigida al metge personal de Cristina on s'explicava la versió oficial de la pulmonia però en clau es feia arribar a la liberal i tolerant holanda que Descrates habia estat enverinat. Sona a teoria conspirativa però a més Canfora dóna molt poques dades per a una hipòtesi que, de ser certa, seria força torbadora, no? algú en sap res de tota aquesta història o es tracta d'un frau simplement?

    ResponderEliminar
  3. Tanto racionalismo y miren qué cara de loco que tiene Don Cartesio.

    ResponderEliminar
  4. Albert: Conozco el libro. Con Decartes (con la biogr5afía de Descartes)el Espíritu se hace aventurero, pero aventurero de telecomedia. Dudo que haya otro filósofo moderno envuelto en ma leyendas. Algunas son completamente inverosímiles, como la relativa al autómata que habría construido a imagen de su hija Francine. Y por encima de todo está ese hecho que es imposible no leer con un punto de simbolismo; el que esté enterrado sin cabeza. El cráneo que se conserva de él parece que corresponde en realidad a una adolescente con una capacidad craneal más bien reducida.
    Respecto a su muerte, yo sospecho que fue él mismo quien agravó su pulmonía al tratársela con tabaco. ¡Pero vete a saber!

    ResponderEliminar
  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  6. Hace poco se ha publicado un libro sobre muertes de filósofos,

    http://www.elboomeran.com/obra/121/el-libro-de-los-filosofos-muertos/

    Parece que M. Descartes no ha entrado en el top ten:

    http://www.guardian.co.uk/books/2008/jun/11/top10s.philosophers.deaths

    ResponderEliminar
  7. Un hombre acostumbrado quizás a una vida más cómoda, por lo menos a levantarse tarde , por las inseguridades de la intolerancia religiosa le obliga a presentarse como preceptor en Suecia , con el frío que hace allí y levantándose a las 6 de la mañana para sus lecciones a la Reina. Que irónica realidad, que su muerte venga de esa nimiedad. Que interesante como aborda los meandros filosóficos.
    Especialmente interesado por su entrada sobre la Sorge y la visión de Higinio.
    Felicitaciones le seguiré atento.

    ResponderEliminar
  8. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar

La Isla de Siltolá

 I Finalmente, después de varios intentos fallidos, el mensajero nos ha encontrado en casa y me ha entregado los ejemplares de Una triste bú...