lunes, 27 de diciembre de 2010

Una historia de guerra


Durante la segunda guerra mundial la armada norteamericana decidió ocupar el campus del St. John's College de Annapolis, incluyendo su edificio más representativo, que es anterior a la revolución, para ampliar las instalaciones de la Academia Naval, que se encuentra en esta localidad, capital del Estado de Maryland. La decisión de las autoridades militares chocaba de pleno con otra de muy diferente signo de la autoridad del St. John's College, que había decidido poner en marcha, con más voluntad que recursos económicos, un riguroso programa académico en torno a los grandes libros de la humanidad. Para preservar este proyecto, el rector decidió enviar al profesor que lo había impulsado a  entrevistarse con el Secretario de la Armada  a Washington. Éste lo recibió con una orden taxativa: "Tiene usted exactamente un minuto para decirme por qué no debería usar sus edificios para ayudar a la Academia en tiempo de guerra." El profesor tranquilamente sacó su pipa y comenzó a llenarla de tabaco. La encendió y comprobó que tiraba bien. Tras 55 segundos se dio media vuelta y se dirigió hacia la puerta de salida pero girándose antes de salir dijo: "Porque sin lo que St. John's intenta hacer, este país no estaría ahora luchando contra los nazis."

Este profesor era Jacob Klein, un filósofo judío especialista en Platón que había tenido que huir de la Alemania nazi y había encontrado refugio en la Academia de los Estados Unidos.

La Armada decidió ocupar otras instalaciones. En 1949 Jacob Klein fue nombrado rector del St. John's College.

6 comentarios:

  1. La historia es bonita, pero todo es relativo y muchos grandes nazis eran bastante cultos.

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  2. Sobre la cultura nazi:
    - Sin duda.
    - Mozart no era culpable de que a Hitler le gustara su música.
    - Un desarrollo específico de la cultura alemana conduce hasta el nihilismo.
    - Otro hasta lo representado por Jacob Klein.
    - A mi modo de ver lo admirable de esta historia no se encuentra en el comportamiento un tanto chulesco de Klein. sino en la sensibilidad del Secretario de la Armada.

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  3. ¿Cultura/civilización?
    ¿Un imbécil sin cultura etc?

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  4. Es que de jovencita conocí a un director de escuela de los de antes, todo un señor, que siempre recordaba lo mucho que había admirado la cultura alemana y que ya no creía en aquello de abrir escuelas y cerrar cárceles ni en qué la cultura nos hace mejores, desde el nazismo.

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  5. Es cierto, todo en el comportamiento del profesor es coherente, pipa incluida. La verdadera sorpresa es el militar.
    Gracias!

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  6. A mi la escena me parece muy buena, sobre todo la chulería del Sr. Klein (una respuesta adecuada a la chulería del Secretario, le sobraban 55 segundos) y por desgracia irrepetible, dadas las leyes antitabaco que se vienen imponiendo en todo el mundo.

    Eutelia, yo matizaría un poco tu comentario. No creo - seguro que tu tampoco - que el hecho de que una persona sea militar sea un obstáculo para la sensibilidad, y a eso es a lo que se refiere Gregorio Luri en el comentario precedente; sí que podría ser un obstáculo sin embargo su condición de Secretario, encargado de la logística en una situación de guerra, y eso sí que puede ser motivo de sorpresa.

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